Entramos a "La pirámide inmortal" con Javier Sierra
Esta historia empieza en 2001, cuando su protagonista, Javier Sierra, por aquel entonces ya un joven y prometedor periodista, cumple treinta años y decide convertirse en escritor a tiempo completo. Contaba con su voluntad, con sus obras anteriores y con un tema que le había estado obsesionando durante mucho tiempo: la muerte como nuestro destino inevitable. ¿Adónde vamos cuando la vida se acaba? ¿Qué queda de nosotros después de que nos hayamos ido? ¿Existe, acaso, una posibilidad, por pequeña que sea, de escapar a nuestra condena?
Para tratar todas estas cuestiones y escribir una novela que fuera tan profunda como entretenida, Javier decidió ambientar su nueva obra, a la que planeaba llamar La pirámide inmortal, en el antiguo Egipto, una cultura centrada en la muerte para la que la pirámide de Giza actuaba como símbolo de la voluntad humana de trascender el tiempo. Pero esa pirámide, por muy atractiva que fuera como escenario, no iba a ser suficiente para atraer la atención del lector; así que, tras haber estado explorando las posibilidades de la ficción para tratar los misterios irresolutos de la historia, Javier decidió tomar como punto de partida algo que le ocurrió a Napoleón Bonaparte dentro de la pirámide. Y, igual que hizo años después en El maestro del Prado, conectó la trama a una experiencia personal transformadora que tuvo en 1997, cuando logró pasar una noche dentro de la pirámide igual que Napoleón había hecho siglos atrás.
Así, y siguiendo el consejo de un amigo, convirtió el subtítulo del libro (El secreto egipcio de Napoleón) en su título. Y El secreto egipcio de Napoleón fue publicado por La Esfera de los Libros, traducido a ocho idiomas y reeditado en varias ocasiones, pero, de algún modo, y al estar colocado entre dos de sus títulos más populares (Las puertas templarias y La cena secreta), no logró atraer la atención que merecía.
Pero Javier Sierra siempre creyó que el libro merecía una segunda vida, igual que los editores de Planeta y que nosotros mismos, aquí, en la agencia Antonia Kerrigan. Así que, con el toque maestro que había ido desarrollando durante los años, lo reescribió, haciéndolo menos oscuro, eliminando algunos personajes, aclarando ciertos puntos de la trama; lo retituló según sus propósitos originales; lo convirtió en un libro que, dice, desea que los lectores reciban como si de una novedad se tratase.
Y esperamos que así sea; deseamos que La pirámide inmortal alcance a nuevos lectores. Pero aquellos que han ido siguiendo la carrera de Javier Sierra no van a quedar decepcionados: y es que este libro es mucho más que un regreso a El secreto egipcio de Napoleón; porque aquí encontrarán todo aquello que ha hecho a Sierra tan popular: emoción, misterios, grandes preguntas y respuestas inesperadas. Preparaos, pues, para los alquimistas, los magos, las bailarinas, los maestros antiguos; preparaos para que os conmuevan; guardaos unas horas para un libro que seréis incapaces de dejar.
Bienvenidos a territorio Javier Sierra; partimos para Egipto en solo unos minutos. Llegada prevista: 27 de agosto...
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