El alma de los peces
Corre el año 1880 en la pequeña ciudad austríaca de Weisberg. A la muerte de sus padres, el joven austríaco Bruno Weiss decide marcharse a una ciudad cercana porque odia la sociedad que le ha rodeado hasta entonces. Pero pronto desprecia también a esta nueva ciudad y a sus habitantes, por lo que decide viajar a Europa para saber si existe algo en las sociedades humanas que merezca ser salvado. No lo encuentra y, decepcionado por lo que conoce en Francia, en Dinamarca y en España, vuelve a Austria con la idea de enriquecerse, apoderarse de su ciudad y, tras obtener el poder absoluto, pudrirla, arrasarla y destruirla.
Su padre era un gran matemático y le explicó la magia de los números. Bruno Weiss, utilizando aquellas enseñanzas, consigue descubrir la ley que permite ganar a la ruleta y, ya rico, retorna a Weisberg en donde, con la ayuda del juez Sendlinger y animado por la mirada de una joven que lo ama, la contradictoria Stefanie, crea empresas, alcanza la alcaldía de la ciudad y consigue convertir su sociedad en un pozo lleno de vicios que termina por autodestruirse. Su idea para implantar un nuevo orden social es destruir Europa para, desde sus cenizas, erigir un nuevo imperio y una nueva sociedad.
Acabada su misión en Weisberg, reinicia sus planes perversos en Laudgen, y luego en más y más ciudades. Hasta que se encuentra con su destino.
“El alma de los peces, una muy estimable novela corta.”
J. Ernesto Ayala-Dip. El País. BABELIA