El amante sin rostro
Matías Reymond, joven escritor y guionista de teleseries, viaja por primera vez a Nueva York para seguir un curso de literatura y para reencontrarse con Isabel, la hermana de su padre casada con un exitoso abogado norteamericano. Ella ha residido en Estados Unidos desde que el abuelo de Matías fue enviado a la embajada durante el gobierno del presidente Allende, y parece asentada con su vida. Todo deslumbra al muchacho, desde el elegante departamento en la calle 86 Este con bibliotecas y escritorios por todas partes, a los estudios de canto lírico de su prima Ana Marie en Juilliard, hasta los comentarios de Isabel sobre la filantropía de los ricos.
Sin embargo, él carga con el peso de una noticia perturbadora: monseñor Juan Bautista Reymond, el pariente más ilustre de la familia, ha desaparecido en extrañas circunstancias, retirándose a muy temprana edad a una vida de oración. La situación adquiere para Matías especial relevancia por su obsesión con una novela de Augusto d´Halmar sobre un sacerdote homosexual, y porque siguiéndole la pista al obispo, llega también a Nueva York, Romina Olivares, su ex compañera en la Universidad Diego Portales, hoy convertida en una periodista de trinchera.
Pero sobre la inquietante perfección en el departamento con vista a Central Park, se instala asimismo la duda, y Matías se convierte en comprometido observador del derrumbe de ese aparente orden y agudo confidente de su tía, con quien ha creado una compleja relación y quien esconde un secreto compartido con monseñor Reymond que alteró el curso de la vida de toda su familia en el pasado. Nada en realidad es lo que parece, ni en el presente ni en el ayer, y Matías intuye que los actores de cualquier ficción no son otra cosa que los familiares del novelista.
Novela sobre la pérdida de autoridad y el derrumbe de los órdenes fundamentales, novela sobre el más extremo desarraigo de los personajes 'la incomodidad en la propia piel-, El amante sin rostro es, a la vez, una narración crepuscular pero optimista, una obra que observa la disolución de un mundo a través de la notable imagen de la dispersión de la biblioteca familiar, pero que también enuncia la posibilidad de creación de otros. Con la elegancia y contención de medios que caracteriza su prosa, Marchant Lazcano ha construido una novela apasionante que nos devuelve la pulsión de sus personajes para preguntarnos sobre aquello en lo que nos hemos convertido.
“Después de “Sangre como la mía”, Marchant ha escrito esta novela fluida y vertiginosa, una novela que pasa en una ciudad y un mundo donde hay historias dentro de otras historias, y todo tiene siempre algo minimalista, nada épico... Una novela escrita a toda verdad, con un aire de divertimento, que al mismo tiempo es un ajuste de cuentas con el desarraigo. Sobre (a veces el horror de) pertenecer a una familia.”
Mili Rodríguez Villouta, La Nación, Santiago de Chile.