El jardín de la señora Murakami
En El jardín de la señora Murakami, Bellatin teje una historia, en apariencia sencilla, con excepcional y fina capacidad de observación, que ironiza con sutileza sobre la traducción de los clásicos japoneses.
Izu, hija esmerada al cuidado de un padre enfermo, había sido una estudiante de arte excepcional. Por encargo de su profesor, visita la célebre colección de arte del señor Murakami, hombre mayor, viudo y rico, de misteriosas costumbres y rodeado por el escándalo, quien de inmediato comienza a cortejarla. Si bien aquel encuentro termina en matrimonio, Izu no abandona sus aficiones artísticas y escribe un ensayo crítico que tendrá para ella graves consecuencias: el asombro de protectores y adversarios, una doble traición y una venganza minuciosamente urdida contra ella. Izu, que suele refugiarse al borde del estanque, toma un día una decisión terminante cuando cree ver el espectro de su marido agonizante en el momento en que, como ocurría a veces, una luz peculiar incidía sobre las aguas: destruir aquel exquisito jardín, aunque fuera el único rincón de la casa que aún le brindaba cierto goce entre tanta abnegada humillación.