El síndrome de Albatros

El síndrome de Albatros

Año: 2011.
Editorial: Seix Barral.

Una investigación criminal y literaria cuyo primer objetivo es averiguar quiénes son unos personajes de ficción y qué papeles representan... en la realidad.

Una viuda encuentra el manuscrito de una obra teatral obscena que su difunto marido había escrito en secreto. Intrigada por el hallazgo, contrata a un escritor para que investigue la posible existencia, más allá de la ficción, de uno de los personajes femeninos de la obra, una jovencita cuyo erotismo despierta la curiosidad y los celos de la viuda. Como si de un detective de novela negra se tratara, Ernesto Zóster acaba aceptando este insólito encargo, pero una sucesión de acontecimientos lo convertirán en sospechoso. ¿Es su implicación un delirio o ha caído en una trampa? Zóster nos cuenta su verdadera historia en El síndrome de albatros, una novela que transgrede la realidad mediante el humor y la sorpresa.

Gonzalo Suárez regresa a la novela más libre que nunca, fiel a un estilo propio que le ha merecido los elogios de escritores como Julio Cortázar, Max Aub, Vicente Aleixandre, Eduardo Mendoza, Juan José Millás o Javier Cercas. Una voz original que se adentra en una investigación criminal y literaria de primer nivel.

«La obra resbaladiza y casi inasible de Suárez dibuja en el panorama español contemporáneo algo análogo a lo que pudo dibujar en Francia la obra de Boris Vian.» Julio Cortázar

«Nos enfrenta desde un registro literario con formas de pensamiento inusuales… Con él, el lector forma parte del experimento.» Juan José Millás

«El primer incontrolado de nuestra narrativa, un meteoro libérrimo.» Rafael Conte

«Un narrador vigoroso y distinto.» Javier Cercas

«Sus libros me hacen vivir más profundamente, ensanchando algo así como la conciencia del conocimiento.» Vicente Aleixandre

«Con Gonzalo Suárez me pasa algo terrible: me acuerdo bien de sus libros (he hablado de ellos, merecidamente, lo mejor posible).» Max Aub

«Un permanente y peculiar prodigio.» Luis Suñén

«Cuando Gonzalo escribe, oyes sus pasos en el desván. Cuando lo lees, entra por tu puerta sin llamar.» Sam Peckinpah

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