La hormiga que quiso ser astronauta
«Han colocado al hombre entre las estrellas y las hormigas, para que cada cual mire hacia donde le apetezca», le dice Blanca, la pintora de almas, al protagonista de esta novela. Pero Alejandro sabe que elegir es rechazar, y él ya escogió hace mucho. Por eso ahora se limita a asistir al abecedario de mujeres que desfilan por su sofá, enamorándose de todas aunque sólo ame a la desconocida que ellas suman, esa extraña a la que vemos siempre al fondo de nuestras fotos y a la que buscamos sin saberlo, confiando quizás en que ella también nos busque. Con la trilogía de Star Wars como telón de fondo, esta novela lírica y disparatada es una elegía al analgésico de la imaginación, a todo aquello que debemos dejar atrás para alcanzar eso que llaman «madurez».