No soy una bella barbie
La fantasía como expresión propia de las cosas se une con la realidad de los humanos por medio de la voz narradora de Ónix, una muñeca negra de trapo, quien hace uso de esa memoria que tienen los objetos y narra, en primera persona, toda su historia. Desde el momento de su confección por una modistilla artesana hasta que es vendida en una juguetería la cual es atendida por su avaro y huraño propietario. Durante el tiempo que Ónix vive allí suceden muchas aventuras con los otros juguetes especialmente con otra muñeca de plástico llamada Perla. La suerte de estas dos amigas inseparables cambia para siempre un día lluvioso cuando son llevadas a un lugar, lejos de la tienda de juguetes, en donde tendrán una “madres adoptivas”: Lorenza y Azucena.
En varios capítulos cortos, las dos muñecas y sus dueñas unirán sus historias para mostrar a los lectores mayores de 8 años que la amistad supera las barreras del color de la piel, de los prejuicios sociales, de la distancia y del tiempo.