Todas las botellas y todos los mares del mundo
En el presente libro, el mundo cobra sentido gracias a la mirada atenta de los niños. Tal es el caso de Omar que, convencido de que los adultos están hechos roca, se obsesiona por sacarlos de su rigidez, y el de Enrico, que intenta encontrar a los destinatarios de miles de cartas que han sido devueltas al correo. Tanto cuentos como mitades de naranjas que se parten para seguir contando historias para siempre.
Los cuentos del mexicano Ricardo Chávez que se reúnen en este libro no son cuentos "redondos" porque los desborda algo que podríamos llamar "humanidad". En ellos se busca poner en palabras no un misterio sino cierta cotidianidad que nos permite abrir algunas cerraduras que muchas veces nos impiden llegar a la verdad, una verdad que en ocasiones la literatura quiere dejar fuera. La mirada de los niños protagonistas descoloca con ternura o sorpresa a los lectores y les muestra o enseña una nueva forma de mirar las cosas.